Toldo hecho en casa

La idea original y el diseño son herederos directos de los modelos de Ray Jardine y mi experiencia con ellos. De sus ventajas e inconvenientes, tal como yo los he observado, han salido mis especificaciones propias. Estas se resumen en los siguientes puntos básicos:

  • Sin estructura. Su armazón serán unos bastones de senderismo o, en su defecto, ramas caídas, el tronco de un árbol o cualquier cosa rígida y resistente a la que poder sujetar una cuerda a aldedor de un metro de altura.
  • El diseño será simétrico y de líneas rectas.
  • Geometría variable. Se podrá colocar en diferentes configuraciones según circunstancias: más alto o más bajo, con los bordes levantados sobre el suelo una distancia variable o anclados directamente al suelo. Cada extremo se podrá configurar independientemente del otro.
  • Los bastones de soporte (tanto si son telescópicos de senderismo como si son cualquier otra cosa) se podrán colocar en el interior, bajo los vértices, o en el exterior. En el primer caso, la lona se soporta en ellos; en el segundo, la lona cuelga de ellos.
  • En los dos extremos (lados cortos), los paneles frontales permitirán ser cerrados completamente (su borde directamente al suelo) manteniendo una cierta altura mínima del conjunto que permita un espacio interior razonable.
  • Tendrá espacio sobredimensionado para dos personas. Esto es, cabrían, en teoría, bastantes más (4 y, apretados, hasta 6) pero la idea es que dos personas tengan sitio para moverse y que, en configuración de mal tiempo, no sea un sarcófago.
  • Prescindiré, intencionadamente, de elementos de diseño avanzados como líneas curvas, perfiles catenarios u orificios de ventilación. Para un primer proyecto, prefiero mantenerlo simple.
  • Debe ser ligero. Estoy dispuesto a alguna pequeña concesión a material aún aligerable para sentirme más seguro de que va a funcionar pero, en general, todo en el diseño y materiales estará pensado para pesar lo menos posible.

Inicialmente, sólo fabricaré una lona impermeable, para su uso integral como refugio de 3 estaciones. Sin suelo ni tienda interior. Estos suponen un problema mucho más simple pues son elementos menos críticos y es muy probable que los realice en el futuro también.

El diseño básico tuvo lugar durante final de 2003 – principios de 2004. La metodología no pudo ser más sencilla: a falta de programas de CAD y sofisticaciones parecidas, buenos son papel y tijera. Así nacieron una serie de pequeños modelos a escala con los que jugué para ensayar geometrías y poner a prueba mis teorías.

En esta serie de imágenes, se observa parte de las consecuencias de variar la geometría en la colocación de la lona: los paneles frontales «salen» hacia fuera cuando el tejado está alto pero van moviéndose hacia una posición más vertical a medida que el techo se coloca más bajo, hasta el punto de llegar a estar completamente verticales, momento en el que cierran completamente ese fondo.

Yo quería unos paneles frontales más grandes que ofrecieran más protección frente a los elementos y, además, posibilitaran cerrar cada fondo sin tener que bajar el techo demasiado. Así, mi proyecto iba a ser como el de la izquierda en esta imagen, comparado con el otro, aquel en el que me había basado (y del que tengo una versión comercial):

Paneles frontales sobredimensionados, a la izquierda

Pero mantener la flexibilidad en la colocación implicaba que había que variar la geometría de los paneles frontales:

El panel frontal cierra en posición no vertical, manteniendo el techo más alto

En esta última imagen se puede observar cómo, al bajar el techo (a mano; ya sé que es cutre, pero es efectivo), el borde de los paneles frontales llega al suelo en una posición no vertical sino inclinada. Esto era necesario para mantener la flexibilidad de izado en diferentes configuraciones y tiene como efecto lateral ventajoso un poco de espacio interior extra (un vestíbulo; no muy necesario pero bienvenido) y, como desventaja, más material para fabricar el panel (y más peso, claro)

Finalmente, una vista con los «sacos» dentro que da idea del tamaño real; todo está a la misma escala, por supuesto:

Durante esa época, realicé también un modelo real, sólo que no en caro e insufrible silnylon sino en alguna tela barata cualquiera. Fue muy emocionante izarlo por primera vez (aunque fuera, básicamente, para ver que estaba metiendo la pata en una cierta parte del diseño) y ver que se sostenía, tenía un aspecto digno y hasta, a mis ojos, bonito.

Finalizada la fase empírica, las matemáticas tomaron papel protagonista durante, aproximadamente, la primavera de 2004: números y más números, para conseguir las ecuaciones que me permitieran calcular el tamaño exacto de los paneles frontales… ¡no era tan sencillo!.

Un empujón final durante marzo y abril de 2005 me ha permitido, por fin, acabarlo. La primera versión que ya se podía izar data de 6/04/05 y guardo alguna imagen como recuerdo de tan memorable momento:

¡Siltrapo!

Aún faltaba, por entonces, resolver el cierre y ajuste de los paneles frontales que, aquí, aún cuelgan sin más; más algún que otro detalle. En la imagen que sigue, la bici sirve de referencia de tamaño:

Siltrapo y bici

Desde aquel momento, el siltrapo ha sido completado y ha hecho ya su primer viaje. Helo aquí:

Está montado con los bordes al suelo porque el tiempo estaba muy ventoso. Al final, el bosque me protegió y la noche estuvo calmada. Aquí, vista lateral/posterior, aunque este diseño no tiene una parte de alante y otra de atrás (es simétrico) pero sí se pueden configurar de forma diferente y, en este lado, a barlovento, llevé los bordes al suelo y dejé el otro extremo más abierto para poder entrar y salir por él. Aquí, además (y esto es independiente de lo otro), el bastón está colocado fuera, con el vértice del tejado colgando de él. Esta es una opción que somete al conjunto a tensiones más uniformes pero permite menos altura. El panel frontal tiene un cierre por velcro a través del cual emerge el bastón.

Seguidamente, un par de vistas lateral/frontal: más altura y espacio para entrar y salir. El bastón está colocado dentro, bajo el vértice:

Un par de vistas frontales, con el bastón apenas visible, en la primera; mejor en la segunda, en la que se aprecia también el espacio interior:

El espacio interior se aprecia mjor aquí, con el panel frontal abierto:

Y aquí con la referencia de un saco de dormir:

Paradojas: lo último en diseño (el Arc Special de Nunatak); lo más básico del mundo (la lámina de plástico que hace de suelo, ¡funciona muy bien!) y el Siltrapo, sobre el que no me voy a pronunciar sobre si está conceptualmente más cerca del Arc Special o del plástico