Caminar para viajar. El mundo a escala humana

Minifalda impermeable

Entiendo que esto requiera una explicación. Aquí va:

En el senderismo de largo recorrido, especialmente cuando se permanece en la naturaleza durante periodos largos, el tiempo atmosférico es un factor impredecible. No basta con mirarse el pronóstico antes de salir si este abarca mucho menos tiempo del que vamos a permanecer a merced de lo que nos caiga. Dicho de otra forma, el tiempo resulta fácilmente predecible: habrá de todo. Esto implica que habrá que ir preparado para muchas circunstancias diferentes.

Una muy típica es la lluvia. Depende de la zona donde se desarrolle la actividad, la lluvia será más o menos probable pero rara vez podremos suponer que no va a aparecer y esperar acertar. Es decir, necesitaremos algo para protegernos de ella. Ahora bien, sí puede ser habitual que el porcentaje de tiempo que tengamos que pasar bajo la lluvia sea pequeño. Esto implica que, dado que el material anti-lluvia suele ser muy específico y no muy apropiado para cuando no llueve, tendremos unas cuantas cosas guardadas casi de continuo en la mochila, esperando su momento, en el que serán muy bienvenidas pero, mientras, cargándonos lamentablemente.

Esta es una situación muy habitual en el largo recorrido en zonas templadas durante las estaciones cálidas. El hecho de que todo este material va a permanecer mucho tiempo en la mochila lo hace candidato idóneo para el aligeramiento; pero, claro, nunca (y menos en algo tan sensible) a costa de comprometer su buen funcionamiento.

La respuesta típica ha sido el combo chaqueta-pantalón. Posteriormente, he mejorado considerablemente mi calidad de vida en tiempo lluvioso añadiendo el tradicional (e incomprensiblemente olvidado, fuera del ámbito urbano) paraguas pero eso no elimina la necesidad de la ropa, que aún hay que llevar (consideraciones que mejor trato en su apartado propio), con lo que sigo con el mismo problema: unas prendas imprescindibles pero que van a vivir en mi espalda casi todo el tiempo.

A base de investigar el mercado, he llegado a conseguir chaquetas y pantalones de pesos ínfimos (150 gr. para la chaqueta, 130 para el pantalón… no está nada mal). Ya parece bastante asumible pero aún quedaba un detalle: a lo largo de los años, me fui dando cuenta de que, en la estación cálida, casi nunca me ponía el pantalón impermeable, aunque lo llevara. Cuando llovía, dejaba que mi pantalón se mojara. En parte, por evitar el peñazo de quitar y poner el pantalón, en parte por el «si no llueve nada» o «si va a parar enseguida, no merece la pena», que no son más que elaboraciones de lo del peñazo… en definitiva, porque llegué a la conclusión de que no pasaba nada grave si el pantalón se mojaba. Las piernas cuentan con músculos muy grandes que generan mucho calor, especialmente cuando estamos caminando; así, se mantienen calientes aunque el pantalón esté mojado y, cuando para la lluvia, este calor, unido a que el pantalón será de un tejido sintético de secado rápido, hará que se seque enseguida.

Más aún, yo soy un fan absoluto de los pantalones cortos, que prefiero sobre los largos a nada que la temperatura lo permita (en mi caso, por encima de 15º C basta). Esto está muy bien para la lluvia porque la piel (al contrario que el gore-tex y similares) *sí* es realmente impermeable y transpirable ¡a la vez! y si la temperatura ambiente permite que no pases frío con la piel desnuda, es la situación ideal para capear la lluvia. Deja que tu piel se moje. No cala y seca en minutos. En las piernas, esto es fácil porque, como digo, su propia actividad y capacidad muscular las mantiene calientes. Entonces ¿para qué llevar el pantalón impermeable? ¿Puedo prescindir de él? Vamos a verlo…

Aún me queda el pantalón corto. Este se sigue mojando (aún llevando el paraguas, del que ya no prescindo nunca) y, si bien en una actividad corta con tiempo predeciblemente no muy húmedo puede ser asumible prescindir totalmente del impermeable y dejar que el corto se moje si llueve, empieza a no serlo tanto cuando la actividad se extiende a una semana o más, especialmente si la posible lluvia puede venir acompañada de frío.

Llega entonces la idea del silnylon, omnipresente, desde que lo conocí, en mi cabeza, formando parte de los más variados y variopintos proyectos. ¿Qué tal un pantalón corto de silnylon? Es ligerísimo e impermeable. Su pega es que no transpira absolutamente nada, cero, nulo, y ya sabemos que eso, aplicado a la ropa, es, generalmente, una muy mala idea y un abono para acabar tan mojado por el propio sudor como lo hubiéramos estado por la lluvia… por eso, un pantalón largo de silnylon, aunque sería escandalosamente liviano, está fuera de toda cuestión; pero ¿y uno corto? si lo único que tengo que cubrir es otro pantalón corto, podría hacer uno de silnylon para cubrir aquel; lo cortaría muy amplio para permitir ventilación y eso mitigaría la condensación. ¡Podría funcionar!

Ahora, un paso más: si lo voy a cortar amplio para que ventile bien y no condense… ¿por qué no una falda? Tendrá mejor ventilación que el pantalón y, total, para cumplir su función de proteger de la lluvia, da igual. Así, además, será más fácil de quitar y poner sobre el pantalón regular y no dará pereza hacerlo.

Más aún: el diseño y fabricación es insultantemente más fácil en el caso de una minifalda; poco más que una pieza rectangular de material, ligeramente preformada en la cintura y con un mecanismo sencillo de cierre y ajuste.

Dicho y hecho. La minifalda impermeable costó sólo un rato de trabajo (y eso con lo torpe que soy yo) y, lo más importante, sobre el terreno (y bajo la lluvia, mucha lluvia que ha soportado ya) ha cumplido absolutamente todas las espectativas. Es *la prenda* absolutamente ideal para el planteamiento descrito: funciona a la perfección evitando que la lluvia moje lo que hay debajo (la he usado tanto con como sin pantalón) y (lo que era mi mayor duda), ventila perfectamente de forma que nunca he tenido condensación apreciable y, en cualquier caso, menos de la que hubiera tenido con un pantalón impermeable-transpirable tradicional. Por si fuera poco, me he convertido en el senderista más sexy.

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Reflexiones

2 comentarios

  1. Juan Porto

    Tienes unas ideas brillantes. Aunque soy de los que llevan pantalón largo fino incluso en tiempo calido ya que no abrigan nada, eliminan la radiación (y calor con ello) y son fantásticos aislantes, me dan ganas de llevar unos de esos que se pueden hacer cortos y largos y el sistema minifalda.

    También estoy mirando hacerme un refugio de tu estilo, pero exclusivamente para noches de mal tiempo ya que me encanta dormir directamente bajo las estrellas con la funda de vivac, pero en noches de mal tiempo tengo que buscar un refugio natural y a veces no se encuentra. ¿Sabes si ya venden en españa Silnylon?.

    Por otro lado en cuanto a hornillo soy quizás una excepción porque suelo comer la comida fría del tipo chorizo, queso, noodles, cosas en polvo,… todo ello sin cocinar y para el polvo haciendo la mezcla en la boca, no es lo mas rico pero ahorro peso. Si hay disponibilidad intento complementar con frutos y lo que encuentre en el campo. Sé que el llevar hornillo da calor no solo interior sino exterior, reduciendo así la cantidad de ropa y comida que se ha de llevar, pero como sueles plantear » ¿¿es esto tan necesario?? «. Las reservas de grasa y otras que tenemos suelen estar para eso y me da la impresión de que el cuerpo se hace más eficiente en el uso de los alimentos cuando le echamos poco y le pides un extra. Es verdad que a la vuelta de los viajes largos 1-2 meses reduzco peso, pero para eso también están las reservas para consumirlas. Esto como decía antes es una visión personal, para mí de esta manera entro un poco más en contacto con el medio.

    De todas formas estoy aprendiendo a hacer fuego con palos para mejorar la situación en caso de tenerlo a mano y necesitarlo.

    Disculpa si estoy mezclando en un hilo ideas de otros, pero voy leyendo y se van acumulando ideas en la cbeza que luego suelto de golpe. Si es un problema házmelo saber.

    Felicidades por la forma de viajar, me encanta.

    Gracias por compartir toda esta información.

    • Viajarapie

      Ningún problema por mezclar temas. Es algo natural, como lo describes.

      Actualmente, tiendo a usar pantalones largos, aunque aún tengo algunos desmontables pero los uso cada vez menos. Cuesta más encontrar el pantalón ideal (por corte y materiales) en formato desmontable. Ahora estoy usando más pantalones largos y, si me apetece, los remango. Esto no elimina la opción de usar la minifalda, aunque aceptas que la parte baja del pantalón se va a mojar pero esa parte es menos crítica que el resto, de las rodillas para abajo se pierde menos calor. También se puede usar una falda no tan mini, como algunas que se venden por ahí.

      Para comprar silnylon desde España, la mejor opción que conozco es Extremtextil: extremtextil.de/…, que está (físicamente) en Alemania y es una tienda especializada en esto, con lo que estás seguro de lo que compras. Seguro que en España se puede comprar pero no conozco ninguna tienda que te informe exactamente del tipo de material (peso, densidad, impermeabilidad, uso esperado…) y al final es difícil estar seguro de si lo que estás comprando es lo que buscabas.El tema de la comida fría es una opción interesante. La mayor ventaja que le veo es la simplicidad, no tener que preocuparte de montar el tinglado, de reaprovisionar combustible… en cuestión de peso, no se gana demasiado, quizá nada… llevando hornillo, hay que cargar con él y con el combustible, sí, pero tienes más juego con la comida deshidratada. Lo que comentas de la comida caliente tiene su valor pero no es crucial, en circunstancias normales (no tienes un principio de hipotermia o algún problema de frío agudo) y tiene un efecto casi más psicológico que físico. Si con la comida fría te va bien, es una buena opción. No creo que tenga mucha influencia en la cantidad de ropa que tengas que llevar.

      Lo del déficit calórico no es el fin del mundo aunque yo lo prefiero evitar. Mientras no tengas ningún desequilibrio gordo, no creo que pase nada por tener que acudir a las reservas. Ten en cuenta el posible efecto sobre la moral, es más complicado estar mentalmente fuerte si te encuentras hambriento y es más fácil venirse abajo ante algún problema. Es posible que el cuerpo se acostumbre a comer menos, yo creo que es mayormente un tema mental: si tu mente se prepara para aceptar seguir adelante con menos comida, el cuerpo lo hará. Es un tema complejo y no creo que haya reglas rígidas. Yo prefiero planificar comida suficiente o incluso un poco de sobra y trabajar a partir de ahí. A veces, me he quedado corto; he pasado hambre pero no me ha pasado nada.

      Un saludo y, desde luego, comenta todo lo que te apetezca, ordenado o desordenado, eso da igual 🙂

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