This entry is part 5 of 118 in the series PCT Relato Completo

Continuando la serie de preludios a la gran Sierra Nevada, el PCT sigue coleccionando cordilleras: en esta sección, el sendero sigue los montes San Bernardino hacia el oeste para enlazarlos con la tercera gran cadena del sur de California, las montañas San Gabriel. Sigo mi viaje en solitario, aunque sigo encontrando gente por el camino regularmente. Parece que sigo en mi carrera a ninguna parte (bueno… a Canadá, quizá…) a base de larguísimas jornadas, una tras otra, mientras la gente que encuentro parece seguir tomándoselo con más calma; la mayoría empezaron el viaje antes que yo con la intención de no apresurarse en el tórrido sur. Me prometo tomarme ese día libre en Wrightwood.

Día 15: Van Dusen Canyon Road (Big Bear City) – Holcomb Creek Camp

Distancia: 19 m / 31 km. Acumulado: 312 m / 502 km

Incluso en un sitio tan poco acogedor como Big Bear parece fácil encontrar gente dispuesta a ayudar a los thru-hikers y no hace falta ni preguntar para encontrar a alguien que nos lleve a todos los que salimos hoy monte arriba por la pista al encuentro del PCT; furgoneta llena de senderistas y mochilas.

El PCT sigue recorriendo los San Bernardino según bordean el valle de Big Bear y su gran lago (Big Bear Lake). Bonito entorno, aún entre el bosque. Después del semi-descanso de ayer y la inevitable hora tardía de salida (es difícil empezar a caminar a las 6.30 h. de la mañana cuando se sale de un pueblo), resulta inmediato poner ritmo de «prisas». Hoy encontraré por primera vez a dos personajes que tendrán mucha relevancia futura: Three Gallon y Rolling Thunder. Ya saldrán más.

La transición hacia terrenos menos montañosos es gradual pero inevitable. Según se pierde altitud, el bosque va desapareciendo y el terreno empieza a ser más árido. Por suerte, la última parte del día discurre por un tramo río abajo, con agua abundante y bosque acogedor donde acampar. De toda la tropa que ha salido hoy de Big Bear, y a quienes esperaba ir encontrando aquí, sólo llega Rita, la escuálida señora alemana, a quien encontraré más veces, también. No sé dónde han quedado los demás… ¡vagos!

Bosque acogedor junto a Holcomb Creek

Día 16: Holcomb Creek Camp – Mojave River Forks Reservoir Dam

Distancia: 19 m / 30 km. Acumulado: 330 m / 532 km

Los San Bernardino se van difuminando y el PCT va volviendo, poco a poco, al entorno árido. Hoy será un día especial por una historia que merece la pena contar, aunque sea triste: de vuelta al habitual paisaje de estrechos cañones en terreno árido, Deep Creek discurre por el fondo y, el sendero, por las laderas empinadas. A media mañana, Ed, parado en medio del camino me muestra la nota de socorro: «mi compañero ha caído al valle; voy a bajar a ver qué puedo hacer. ¡Ayuda!». Abajo, Alice, la autora de la nota, junto a Pinhead, compañero de Ed, ambos dos los primeros en llegar al lugar del suceso después de que Ray cayera, de alguna forma, en el peor sitio posible. El cuerpo inmóvil de Ray era visible unos metros más allá. Ed me dice: «Pinhead tiene conocimientos de primeros auxilios y no está haciendo nada; me temo lo peor».

Ray Echols era un veterano senderista, conocido en el mundillo del PCT por su simpatía y afabilidad. No llegué a conocerle personalmente pero sí virtualmente y siempre me lo pareció. Estaba intentando hacer el PCT completo, después de muchos años de recorrer secciones. Cayó en un punto donde la pared era casi vertical y aterrizó unos 40 metros verticales más abajo. Caída mortal.

Después de presenciar esto, el día supo muy raro. Ya digo que no conocía personalmente a Ray pero sí a través de internet y le tenía el aprecio que acabas sintiendo por alguien cuyas opiniones siempre es agradable leer. No podía sentir una gran pena por alguien que no me era cercano pero sí una sensación de desasosiego. Caminar no era agradable.

También tuvo un sabor amargo el encuentro con las fuentes termales naturales que había unos cuantos kms. más adelante. Un agradable y relajante baño de agua caliente en plena naturaleza, a la más pura tradición islandesa, y reconfortante tras toda la tensión y el mal cuerpo que se te queda, pero lejos de ser la experiencia bucólica que iba a ser.

Acompañé a Ed durante el resto del día, mientras Deep Creek salía de su valle y sus aguas se perdían en el nuevamente encontrado desierto. Ed y Pinhead se reencontraron tras la odisea de este último, muy larga de contar, pero fue muy emotivo ver tan conmovido a un señor tan experimentado. La experiencia fue especialmente dura para él.

Ed y Pinhead aprovechan la carretera próxima para llamar a familiares y tomarse un descanso, más emocional que físico, y yo me quedo solo en un momento especialmente sensible. Esa noche será un tanto extraña, de vuelta al desierto, en la confortable arena, junto a un río que corre contento hacia su perdición en las arenas del Mojave y con el extraño sabor de un día extraño. Un momento en que hubiera agradecido tener alguien con quien hablar.

Vivac en la arena

Día 17: Mojave River Forks Reservoir Dam – Little Horsethieve Canyon

Distancia: 24 m / 39 km. Acumulado: 354 m / 570 km

El sentimiento agridulce no ha terminado de pasar y hoy será un día extraño. Las montañas San Bernardino no se han acabado pero han quedado reducidas a una mínima expresión, más cercana a la aridez del cercano desierto que a otra cosa. Ya no hay bosque y hace mucho calor y, en esta zona de transición, el PCT bordea carreteras solitarias que no por solitarias son una visión bienvenida. Todo ello construye un ambiente sombrío en medio del más soleado y tórrido de los días. El calor aplastante es parte del ambiente sombrío, valga la paradoja.

Las montañas San Gabriel y el nevado monte San Antonio, al fondo; un sector del desierto de Mojave, en medio

En el mapa aparecen dos grandes lagos en los próximos kms. pero, llegados allí, la vista de un embalse de apariencia artificial no arregla mucho las cosas. En este ambiente un tanto depresivo, me concentro en caminar y avanzar todo lo que puedo, cuidar mis provisiones de agua y procurar pasar el mal momento lo mejor que pueda y cuanto antes.

Los lagos Arrowhead y Silverwood me recuerdan bastante a esos embalses en medio de algún paraje semiárido de Castilla-la Mancha. Que no se me enfade ningún castellano-manchego pero la vista siempre me ha parecido de lo menos acogedora y esta vez siento algo parecido, agravado el caso por las carreteras que hay por los alrededores. Me alegro cuando, por fin, los embalses y las carreteras quedan atrás, a pesar de que el ambiente sigue siendo muy seco en las moribundas montañas San Bernardino.

Cuando, durante un necesario descanso, me alcanzan dos senderistas, les digo, casi antes de decir «hola»: «no os imagináis cuánto me alegro de encontrarme con alguien hoy…». La pareja eran Pang y Claudia (más adelante, Swiss Miss), que se convertirán, con el tiempo, en algunos de los personajes más cercanos a mi propia historia en el PCT. Esa noche, compartiremos campamento cerca de un pequeño arroyo.

Día 18: Little Horsethieve Canyon – Guffy Campground

Distancia: 29 m / 47 km. Acumulado: 383 m / 617 km

Nada más salir del pequeño cañón, empieza a oírse el ruido de las vías de comunicación. Me acerco a Cajon Pass, la frontera entre las montañas San Bernardino y San Gabriel. Similarmente a como sucedía más al sur en el paso San Gorgonio, todas las comunicaciones pasan por aquí. En Cajon Pass hay una autovía y varias vías de tren, por las que constantemente pasan convoyes de estos gigantescos de casi 100 vagones, tirados por 4 ó 5 locomotoras, despacito cuesta arriba hasta que coronan el collado.

Ese es el cuadro según me acerco a este paso de nombre tan castizo y que es, por cierto, el único caso que he presenciado jamás de angloparlantes pronunciando una «j» del castellano con su sonido más o menos auténtico. Es un nombre propio y así se lo han aprendido.

Cargo agua justo antes del infierno de autovías, en el último arroyo en las siguientes 20 millas. Cargo lo justo para consumir durante esas 20 millas y llegar, antes de que anochezca, al manantial de Guffy Campground. Voy a tener que caminar deprisa.

Pasado el hormigón, empieza el ascenso a los montes San Gabriel. Antes, el PCT cruza la famosa falla de San Andrés que, aquí, tiene la forma de un amplio valle de fondo plano. No hay terremotos hoy. A partir de aquí, todo cuesta arriba. Se repite la conocida secuencia de chaparral, primero, y bosque después. Por primera vez en todo el viaje, se empieza a formar una tormenta que, finalmente, sólo deja un trueno; después, las nubes se empiezan a diluír.

Por ese valle va la falla de San Andrés. Al otro lado, la cordillera San Gabriel

Ya en la cresta de los San Gabriel, el sendero empieza a recorrer terreno de sabor montañoso, con valles de altura, laderas vertiginosas y picos nevados. John Muir, dicen, quedó impresionado por estas montañas pero es que John Muir era como un niño grande, todo le impactaba… pero puedo entender que esta zona le gustara especialmente, las montañas son muy escarpadas y cuando él las vio no estaban las autopistas esas por ahí abajo.

Guffy Campground es un camping accesible por pista pero está vacío, sólo hay una tienda, de otro senderista. Un camping básico, sin nada más que el sitio para poner la tienda y mesas de madera. Y una letrina; eso es todo. Típico camping USA. Está en la misma cresta, bien resguardado por el pinar y lo mejor son las vistas, especialmente hacia el este, donde aparece la infinita llanura del desierto. Hace frío aquí arriba.

Día 19: Guffy Campground – Wrightwood (via Highway 2)

Distancia: 11 m / 18 km. Acumulado: 394 m / 634 km

Me levanto pronto, esperando una gloriosa salida del sol, apareciendo por el horizonte y, efectivamente, ahí está, puntual y rojo intenso. Después, sigo el PCT, aún por la cresta pero cuesta abajo, hacia el collado donde cruza la carretera número 2, que lleva varios años cortada por un desprendimiento que parece que no tienen intención de arreglar. El desprendimiento está hacia el oeste y yo voy hacia el este pero aquí ya sólo suben turistas y paseantes así que me olvido de auto-stop y bajo a Wrightwood andando. A estas alturas de viaje, aún estoy fuerte y no me importa hacer estas cosas (y lo digo porque no será siempre así…).

Wrightwood me recuerda mucho a Idyllwild, un pequeño pueblito en medio de un bosque. Y hago lo mismo que en Idyllwild, desayunar como un campeón antes de nada. Con el estómago lleno, se afronta el día mejor.

Clark y Stacey viven en Wrightwood y alojan senderistas en la casita de madera que tienen en el centro del pueblo. Ahí nos repartimos hasta 7 esa noche. Clark y Stacey son un cielo y nos hacen la colada (sólo por eso ya merecerían un monumento). Wrightwood es super-agradable y aquí sí me lo voy a tomar con más calma; mañana, no madrugo.

La casita de Clark y Stacey en Wrightwood

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