Manoplas impermeables

El binomio lluvia-frío es fuente habitual de problemas en las manos y causa de una frecuente disyuntiva: ¿me aguanto y dejo que las manos se me congelen o las protejo? Lo primero puede llegar a ser bastante desagradable; lo segundo, suele ser pan para ahora y… hambre después, cuando la protección se moja y deja de proteger como antes, con lo que volvemos al punto de partida pero con un par de guantes mojados.

Solución obvia: guantes impermeables, ¿no? Ojalá fuera tan obvio…

El agua es conocida por tener esa prodigiosa habilidad de meterse por todos los sitios y cuando hablamos de una pieza con bastantes costuras y, sobre todo, muy expuesta a los elementos como un guante, es cuestión de tiempo (y no mucho) que acabe lográndolo.

¿Qué hacer, entonces?

Planteamiento

A lo largo de los años, he probado varias soluciones y ninguna me ha convencido del todo; a saber:

  • No hacer nada

mientras se pueda, es lo mejor. La piel es impermeable y transpirable (no como otros…) y fácil de secar. El problema es si hace frío, máxime si hay que estar sujetando algo (los bastones) y ello implica exponer las manos a los elementos. Montar campamento con tres dedos y medio de cada mano inutilizados no es tarea agradable.

  • Usar guantes/manoplas aislantes

Siempre llevo un par en las rutas largas; en montaña, siempre los acabo usando. Se puede usar estos y asumir que se van a mojar. Una vez mojados, ya no aislan mucho pero siempre es mejor que nada pero, al final del día, son otro elemento chorreante más que sumar a la lista de elementos chorreantes.

  • Usar algún tipo de guante/manopla impermeable lo más simple posible

Será no transpirable pero la idea es que, si hace frío, las manos sudan muy poco y, cuando menos, este guante/manopla proteje de la humedad exterior y del viento y es mejor que nada. Para esta opción, he probado tanto guantes/manoplas gualtrapas de los que se usan para la fruta en el supermercado o la gasolina en las gasolineras como guantes de los de fregar. Los primeros son lo más ligero imaginable, algo muy interesante para un elemento que va a estar la mayor parte del tiempo en la mochila, pero se rompen enseguida y, una vez agujereados (suelen fallar en las costuras), su ya de por sí limitada utilidad se queda en casi nada. Los de fregar (latex, vinilo o nitrilo) son más resistentes y siguen pesando muy poco pero van muy ajustados y son complicados de poner y quitar con manos mojadas.

La opción de no hacer nada siempre estará ahí y será la preferida si las condiciones lo permiten pero me siento más cómodo teniendo otra alternativa si hace frío de verdad y he pensado en una combinación de las dos otras: un guante/manopla impermeable y no transpirable que sirva de barrera a los elementos y pueda ser usado directamente sobre la piel o, si hace falta, encima de los guantes/manoplas aislantes, si la cosa se pone muy fea.

En ambos casos, se asume que la mano va a sudar pero, insisto (y esto es algo que he comprobado en el terreno numerosas veces): si hace frío, las manos sudan muy poco. Es asumible cubrirlas con algo que no transpire, tanto si se usa con la pieza aislante debajo como si no. En el caso de utilizar todo el arsenal (aislante + impermeable), la pieza aislante se va a humedecer pero es algo que hay que asumir.

En mi caso, y especialmente en el largo recorrido, la pieza aislante suele ser un par de manoplas de algún tipo de forro polar cortaviento (windstopper o similar). Las manoplas son más eficaces que los guantes para conservar el calor y pesan menos en la mochila; proporcionan menos dexteridad pero me aguanto.

Con esto, la pieza impermeable ha de ir también en forma de manopla, para poderse colocar encima de aquellas. En cualquier caso, tenía claro que este proyecto iba a ser en forma de manopla: más eficaz que el guante y muchísimo más fácil de construir.

Fabricación

Material básico:

  • Silnylon 1.3

Materiales auxiliares:

  • Hilo Guttermann 100% poliéster
  • Cordón elástico de 2 mm.
  • Dos tancas bloqueadoras
  • Silicona transparente y disolvente

La construcción no puede ser más sencilla:

  • Copiar el patrón de otras manoplas que haya por casa
  • Cortar dos piezas iguales y hacer una costura a todo lo largo del perímetro
  • Coser un canal alrededor del perímetro del extremo libre
  • Insertar el cordón elástico y colocar una tanca bloqueadora
  • Sellar costuras con silicona
  • Repetir para la otra manopla

El único problemilla técnico ha venido de ese dedo gordo cuya geometría no era tan inmediata como pudiera parecer; en los modelos comerciales de manoplas (al menos, en todos los que yo tengo), el dedo gordo es una pieza aparte que luego se cose al cuerpo principal de la manopla pero yo prefería hacerlo más simple y ahorrarme costuras (potenciales puntos débiles). Todo parece correcto mientras la tarea está del revés (lo de dentro, fuera) pero no tiene tan buena pinta cuando le das la vuelta, intentas sacar para fuera ese dedo gordo y ves cómo se arruga todo el conjunto al arrastrar dicho dedo gordo a todas las costuras de su lado. Hubo una versión fallida por el camino. Al final, todo se arregló (algo chapuceramente, lo sé) a base de hacer el dedo gordo lo más perpendicular posible al cuerpo de la manopla y las costuras en la base del dedo, curvas. Queda aceptable.

Especificaciones

tamaño final: 25 x 13.5 cm, aproximadamente

peso final: 18 gr. el par

Uso

Técnicamente, funcionan. En la práctica, su uso ha resultado tan poco satisfactorio como el de cualquier producto comercial similar. Al menos, no ha sido peor. En lo positivo, estas manoplas pesan menos que cualquiera que puedas comprar. En lo negativo, su falta de rigidez hacía que fueran incómodas de quitar y poner cuando todo estaba mojado y las manos ya no estaban cien por cien funcionales.

El problema no es tanto de estas manoplas concretas o de otras cualquiera como de la situación y las expectativas. Cuando llueve mucho o lo hace durante mucho tiempo, no hay forma de evitar que el agua acabe entrando. Es una batalla perdida.

Mantener las manos funcionales y confortables en condiciones de lluvia prolongada suele ser difícil y es un tema en el que he pensado mucho. He recopilado todo lo que he ido aprendiendo sobre ello y lo he reunido en un artículo donde comento las opciones disponibles y sus pros/contras; estas manoplas, entre ellas.

Moda en tus manos