Pub por la noche, café por la mañana para desayunar una pila completa de pancakes antes de volver a las montañas.
Vuelvo a Spring Creek Pass para continuar viaje por terreno muy elevado pero de relieve suave que el Colorado Trail y el Continental Divide Trail aprovechan para recorrer la divisoria.
Son muchos kilómetros por encima del límite del bosque, algo bienvenido, mientras el tiempo se mantenga estable; es decir, durante la mañana. Las nubes se van congregando; al principio, inofensivas.
No falla: nubes de extensión y grosor crecientes. Cuando van poniéndose negras, me empiezo a sentir menos cómodo. Hoy es un mal día para tormentas porque la ruta sigue de cerca la cresta.
Me pongo el poncho, llegan a caer algunas gotas pero nada serio, sin truenos ni rayos, menos mal. Aprovecho que estoy aquí arriba y que parece que no va a haber tormenta para acampar, por fin, en las alturas de verdad, fuera del abrigo del bosque. Esto supone una cierta salida de la zona de confort en la que tan fácil es instalarse en el Colorado Trail. Desciendo un corto trecho desde la cresta, lo justo para encontrar un manantial, y me instalo cerca de las marmotas.
Tenso el toldo y monto la pirámide completa, por si acaso alguna tormenta viajera me barre por la noche, a veces pasa. La noche resulta tranquila. Duermo muy bien.
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