Caminar para viajar. El mundo a escala humana

Día 13 más 1: La Escocia amable

This entry is part 14 of 14 in the series Pennine Way

Inicio: Kirk Yetholm
Fin: Jedburgh
Distancia: 30 km

En Kirk Yetholm, el Pennine Way coincide y se cruza con otra ruta, la de Saint Cuthbert, que une los puntos focales de la actividad monástica de dicho personaje a lo largo de la franja fronteriza entre Escocia e Inglaterra y es mi opción clara para seguir caminando. Sólo tengo que decidir entre ir hacia el este o hacia el oeste.

Sea hacia donde sea, voy a ciegas, sin mapa ni información de calidad sobre lo que encontraré allá donde llegue. Me recomiendan ir hacia el este pero, por alguna razón práctico-emocional, me encaja mejor el oeste para acercarme hasta Jedburgh, por donde pasaba, de todas formas, mi viaje de vuelta a casa. Haré un cacho más a pie.

Hago una foto al mapa regional que hay en pared del albergue para guiarme: versión cutre de cartografía digital sin GPS.

Yetholm tiene dos barrios separados por el río: el calificado como «Kirk» lo es por la iglesia que se levanta allí. Por qué han usado la palabra nórdica para el genérico de iglesia, no lo sé…

Yetholm Kirk in Kirk Yetholm

Conceptualmente, está muy bien esto de trascender las rutas establecidas y hacer del viaje algo diferente, aunque sea para llenar tiempo. Edale – Jedburgh vía Pennine Way.y St. Cuthbert’s Way.

Mi nuevo sendero es diferente al anterior: está profusamente señalizado, recorre zonas más humanizadas y es de mejor calidad. Ya no hay páramos ni fangales y puedo caminar con los pies secos.

St. Cuthbert’s Way en un día con sol

Un cartel avisa de que estoy en el punto más alto de esta ruta a sólo 370 metros. A mi espalda, un estupendo panorama de Yetholm y su valle verde:

Yetholm

Nótense los campos de cultivo (los marrones). Creo que no he visto ninguno en todo el Pennine Way hasta llegar aquí.

El Pennine Way había sido, hasta ahora, una ruta bicolor: el verde de los prados y la colección de ocres de los páramos. Es curioso que haya sido aquí, en Escocia, donde haya encontrado más variedad: además de los campos arados, hay otros floridos de un intenso amarillo. No sé qué flores son pero tienen un aspecto espectacular:

Escocia florida

Bajando desde los montes Cheviot, se veían cuadraditos amarillos lejanos. Ahora, los puedo tocar.

El camino de St. Cuthbert tiene un carácter definitivamente diferente al Penino. Al transitar por zonas rurales, hay muchas pequeñas cosas de interés: entre ellas, los carteles explicativos que ha colocado una granja local aquí y allá, contando aspectos sobre la gestión de una granja, curiosamente interesantes. Por la misma zona, los restos de un castillo:

Cessford Castle

Había allí un cartel con una lectura muy interesante sobre la historia del castillo pero no me acuerdo de nada. Cosas de batallas…

Está bien esto de caminar por la parte humana del territorio aunque a mí me gustaba más la silvestre. Es diferente la ruta y también es diferente la gente que camina por ella, como compruebo cuando me cruzo con una pareja de viajeros que, por el tamaño y tipo de sus mochilas, evidencian ser de largo recorrido. Sus usos, material y posturas, estilo más camino-de-santiago que montañero, enfrascados en un complejo cambio de ropa cuando empieza a llover; innecesario, son cuatro gotas refescantes.

Todo ello, en medio de un pequeño pero encantador bosque de ¡hayas! que, como es vox populi, es el bosque más bonito del mundo.

Bosque de verdad

Abandono el camino de St. Cuthbert para tomar el ramal que lleva a Jedburgh, que viene a ser la localidad más grande por la que paso en este viaje. Era todo mucho más fácil en los pueblines con un solo pub, en los que estaba claro dónde había que ir; Jedburgh tiene el tamaño suficiente para que los sitios donde comer sean Subways y kebabs.

También hay focos interesantes como un castillo, una abadía (o monasterio, no recuerdo…) preciosa y una casa donde vivió María Estuardo.

Jedburgh

También hay un camping muy agradable, lo que supone una última ocasión para airear el Trailstar y recrearme con el montaje y alguna foto postrera:

La última del Littlestar

Catorce días de camino ininterrumpido para ir desde el centro de Inglaterra hasta Escocia y un poco más. Es una longitud suficiente para ser apreciable para el gran público: puedes acercarte al mapa de Europa colgado en la pared del bar y decirle a los colegas «mira, desde aquí hasta acá…»

Mañana, sábado, desharé el camino en un solo día; cosas del transporte motorizado.

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3 comentarios

  1. matauko

    Mila esker por compartir tu experiencia, una delicia caminar por estos paisajes tan bucólicos

  2. steve w

    Kirk es la palabra usual para la iglesia en Escocia y tiene raices escandinavas. Se diferencia de las chapels – capillas – o sea las aún más protestantes e independientes. Las flores son de colza. Abundan en mayo por todo el Reino Unido.

    • Viajarapie

      Muchas gracias por la info. Son pequeñas cosas que me encanta conocer. Un saludo

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