Pongamos que hablo de Guadarrama1

Un invierno sin nieve es un desastre, lo sé. Lo es en muchos sentidos: prácticos, estéticos y poéticos. Da pena ver esas montañas sin una pizca de blanco en medio de enero.

Loma del Pandasco, Cuerda Larga de Guadarrama. 24 de enero de 2016

Dicho esto, que casi sobra decir, dejadme que me desahogue un poco y hable de la parte fea que nos estamos ahorrando.

Aglomeraciones en los puertos

Durante el resto del año, me es sencillo evitar los focos de aglomeración humana, incluso en Guadarrama. En invierno, y si buscas nieve, es más difícil, por ser Guadarrama como es y tener la poca nieve que tiene, concentrada en un espacio reducido. Esa aglomeración a la que habitualmente contribuyo es algo intrínsecamente feo y antinatural. Hay formas de evitarla pero muy poca voluntad de hacerlo. No está en la agenda.

No son sólo los números, son también las actitudes tóxicas de muchas personas que muestran nulo respeto por el sitio en el que están. Ruidos, basuras, motores y un crescendo inter-anual del espectáculo de los horrores que hace que se me caiga el alma a los pies.

A veces, me dan ganas de no ir pero me importa demasiado el lugar y lo que hago allí como para renunciar. A veces, me subo andando, aunque sea a costa de llevar las escayolas en los pies y los esquís a la espalda. Es difícil decir si compensa.

La falta de nieve en el invierno 2015-16 está teniendo un espectacular efecto pacificador en los puertos. A veces, me dan ganas de desear que no nieve nunca más.

  1. Sierra de Guardarrama, Sistema Central