This entry is part 37 of 118 in the series PCT Relato Completo

Distancia: 23 m / 37 km. Acumulado: 1152 m / 1855 km

Hoy es un día un poco extraño. Supongo que tengo que hacer un poco de historia para que todo tenga sentido: enresulta que, de alguna manera, sabemos (o «saben»… yo no sé nada…) que hoy tendremos trail magic en la carretera que toca cruzar. Se supone que esto del trail magic es algo que pasa solo y de lo que no te enteras hasta que pasa pero, en esta era tan informatizada y tan comunicada, ya hasta al PCT llegan adelantos de los acaecidos futuros del sendero. Bueno, el caso es que hay unos seguidores de Rolling Thunder (de su trail journal, o diario on-line, para ser más exactos) a los que les ha gustado tanto la lectura que han decidido esperarle en un punto en el que el PCT cruza una cierta carretera con la esperanza de encontrarle… calculando, más o menos, cuándo va a pasar. Debo decir que RT escribe profesionalmente y que su diario está muy bien hecho. El caso es que al grupo este nos ha llegado esa noticia y la gente se ha propuesto llegar a dicha carretera lo antes posible para darles una alegría a los trail angels y estar con ellos un ratito… pero también intentan cuadrar esto con no retrasarse porque quieren llegar a Echo Lake (unas jornadas más allá) el sábado antes de que cierren la oficina postal. Tienen que recoger paquetes allí.

Yo no tengo ningún paquete que recoger en Echo Lake, no me encuentro del todo bien (no me sentó bien la cena anoche) y, si bien aprecio el esfuerzo y entusiasmo de los trail angels (y las cosas ricas que seguro que nos traen) y sé que les agradará encontrarse con los thru-hikers, no me apetece entrar en la carrera que supone llegar allí con tiempo de estar y marchar corriendo. En el fondo, es lo que yo suelo llamar the post office race, la carrera de la oficina postal, lo que intento evitar. Por eso mi planteamiento utiliza los envíos postales lo justo y no quiero correr la carrera de otros, aunque me parece muy bien lo que hagan los demás.

Y no soy el único, así que hoy el grupo sí que se divide de verdad y no nos reunimos todos hasta la carretera en Ebbetts Pass. Hasta allí, camino en solitario, lo cual no me sienta mal. En parte, lo agradezco. La ruta es muy tortuosa y supone un cierto cambio de escenario con respecto a todo lo anterior: ahora, las montañas son más modestas y, aunque nos pasamos casi todo el día por encima de los 2500 metros, esto parece hasta poco, después de las últimas semanas. El entorno es algo más bucólico, menos extremo pero aún bonito, con bosques y prados a partes desiguales (siempre gana el bosque) y un sendero que busca las crestas pero sin meterse en berenjenales empinados: generalmente, se trata de una travesía por las cabeceras de sucesivos valles, de collado a collado. La nieve ya es raramente un problema.

Parada para comer en Asa Lake

Llego a la carretera cuando la «fiesta» está en marcha. Dick y Irene son una pareja de jubilados y nos han traído, efectivamente, como no podía ser de otra forma, un montón de regalitos comestibles. Yo se lo agradezco de verdad, y de palabra, como hago siempre con estas cosas, no ya por la cosa material que, en el fondo, es lo de menos, sino por la molestia que se toman y porque contribuyen a crear un momento especial en el sendero y eso no tiene precio. Ni siquiera en pasteles se paga.

Más trail magic en Ebbetts Pass

Lo que me deja un poco tocado, moralmente, hoy es lo que me ha parecido una cierta falta de consideración entre unos y otros (que no conmigo… a mí me da igual…). Pang no se encontraba bien y ha llegado muy tarde pero nadie ha parecido preocuparse mucho por su estado más allá de saber si estaba dispuesto a caminar hasta donde se supone que había que llegar hoy… no sé, a lo mejor soy injusto con los de delante pero me parece que no han tratado a Pang del todo bien. Él tampoco se ha quejado nada, de todas formas. El caso es que estos están ya en su post office race y yo no quiero participar en eso. Sé que Go-Big ha mencionado que unos amigos suyos tienen una casa en Echo Lake y que alojan thru-hikers y que nos invitan a todos pero supongo que, si llego allí más tarde que los demás, ya intentarán hacérmelo saber de alguna forma. Prefiero tomármelo con más calma e ir a un ritmo tranquilo. Siento que es lo que necesito.

No llego hasta donde pensaban ir todos (salvo Rita, que está igual y se planta incluso antes que yo) y acampo en un lugar volcánico y un tanto desolado pero con unas vistas y luces preciosas.

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