This entry is part 79 of 118 in the series PCT Relato Completo

Distancia: 30 m / 48 km. Acumulado: 2049 m / 3297 km

Esta noche, mi arrullo ha sido el zumbar de los insectos. Al amanecer, al tiempo que abro un ojo, abro también los oídos: ¿se les oye? Pues no mucho. Envalentonado, pero no demasiado, y con bastante mala gana, abro la funda de vivac para comprobar que esta no es su hora y hay bastante menos que al atardecer pero, en cuanto aparece carne fresca (yo), no tardan en empezar a incordiar. El desayuno es más bien apresurado, aunque nada como lo de anoche.

Mirando el mapa, esto dejaría pequeña la región de los mil lagos en Finlandia… aquí hay millones, y el PCT rodea un montón de ellos. Me temo lo peor, en el plano insectil, pero sea porque la peor hora está por llegar, el día transcurre más o menos tranquilo; al menos, mientras camino y estoy en movimiento, me mantengo más o menos a salvo.

Por lo demás, el día es más y más rutina: bosque, lagos, bosque, bosque y… más lagos. Todo muy bonito pero, de verdad, cansa un poco. Sé que me quejo de vicio, que esto es una maravilla pero es como estar viendo el mismo fotograma una y otra vez, un disco rallado. Supongo que haría falta pararse y descansar para empezar a ver toda la vida que hay aquí y a apreciar el valor y belleza de este lugar pero desde el punto de vista del thru-hiker con petardo en culo, esto es poco más que rutina.

Pero ¡no apurarse! tras una horrorosa travesía por una tórrida zona quemada, el ascenso que sigue me lleva no sólo a las alturas sino también a las puertas de las Three Sisters. Y esto ya es otra cosa.

Three Sisters son tres montañas, como el nombre indica, hermanas. Tres conos volcánicos poco más o menos espectaculares pero no es sólo los tres volcanes sino toda la zona que les rodea, donde el PCT se reencuentra de lleno, llenísimo, con los paisajes volcánicos que aquí, en Three Sisters Wilderness, tienen, quizá, su capítulo más espectacular.

Por el momento, el sendero llega a una planicie de altura adornada con los imprescindibles lagos pero aquí ya no es todo bosque; aún hay árboles pero casi ganan las praderas y aparece, por fin, la impresionante estampa de South Sister, apropriadamente apodado Red-Head:

South Sister, a la derecha; Middle Sister, al fondo

El mapa vuelve a mostrar esa quebrada representación de los campos de lava por los que el sendero empieza a transitar. Hacia el final del día, reencuentro a Smiley. Llevo horas viendo sus huellas. Esto es un hecho curioso que me recuerda aquellas pelis del oeste en las que los (allí denominados) indios eran capaces de seguir las huellas de quien fuera. Bueno, aquí no es tan épico, es tan simple como distinguir una consistente traza de un determinado dibujo de suela delante tuyo en el sendero y la de Smiley ya me la sé, lleva las mismas zapatillas que yo; así que, en cierto modo, esperaba encontrarle y le alcanzo cuando hace su parada vespertina para cenar, antes de continuar caminando hasta el anochecer. Cambiamos impresiones sobre el tema incendios, que nos espera al norte y cuya situación aún no conocemos a ciencia cierta.

Continúo hasta el siguiente arroyo, donde encuentro una agradable mancha de bosque protector. El entorno ha vuelto a levantar mi ánimo.

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