This entry is part 9 of 14 in the series Pennine Way

Inicio: Alston
Fin: Greenhead
Distancia: 27 km

Tras el arreón de ayer, el viaje va muy bien. He acumulado un colchón que me relaja mucho porque si hubiera algún contratiempo tal como que el tiempo se torciera mucho en un mal momento (ante alguna travesía expuesta, que aún quedan), podría tomármelo con calma. Por primera vez en el viaje, hago una cuenta de la vieja de cuál podría ser el desglose de etapas de aquí al final y me doy cuenta de dos cosas:

Una, que con caminar distancias normalitas (alrededor de 30 kms por día), llego a Kirk Yetholm (el punto final) dentro de los 13 días de que dispongo sin problemas.

Dos, que había contado mal y no tengo 13 días hábiles para caminar sino 14. Yo tampoco me lo explico.

Con todo esto, y teniendo en cuenta que procuro hacer coincidir finales de etapa con sitios donde pueda acampar legalmente, decido hacer hoy un día corto. No madrugo y dedico parte de la mañana a dar un paseo por el centro de Alston.

Alston

El Pennine Way continua aguas abajo por el valle del South Tyne. A ratos, por buenos caminos; otros, atravesando prados, vallas, prados.

Prados

El anunciado mal tiempo no termina de llegar o no es para tanto: hay nubes oscuras pero no cubren todo el cielo. No llueve, la visibilidad es buena y el viento está tranquilo. Quizá arriba, en las cumbres, sea diferente pero no parece que estén tapadas: aquello del fondo final es Cross Fell:

South Tyne

Hoy planeo hacer justamente la mitad de la distancia que hice ayer, casi todo por cotas bajas y con poco páramo. Tengo la sensación de que va a ser un día «fácil» y que voy a llegar al final casi sin darme cuenta… pues nada de eso. Quizá esté poco chisposo (aunque no me siento cansado) o quizá es, simplemente, que los kilómetros hay que caminarlos y que unas expectativas tipo «no me va a costar nada» son demasiado optimistas. Sí que cuesta.

Hay nubes negras pero el ambiente no es del todo oscuro y el día es perfecto para sacar fotos con la cámara compacta y que cielo y suelo queden iluminados igual. El cielo, además, está lleno de formas y relieves:

Nubes y bonita luz

Hay un par de tramos de páramo a lo largo del día y dejan claro que la mitad norte del Pennine Way es bastante más silvestre que la sur: nada de losas y garantía de pies mojados. En la última parte, donde la ruta abandona ya el valle del Tyne, no hay nada que se parezca a un camino. Si no fuera por las vallas, sería hasta delicado orientarse porque no hay ninguna referencia orográfica. En una de éstas, me encuentro a otro senderista de mochila grande, algo poco habitual:

Casi solo en el páramo

El tipo en cuestión llevaba unas botas potentes pero tenía pinta de estar igual de mojado que yo, lo que me reafirma en el acierto que es usar zapatillas para caminar (también) por aquí.

Greenhead está allí donde el Pennine Way alcanza el muro de Adriano. Hasta aquí llegaba el «mundo civilizado» de la entonces hegemónica Roma; más allá, tribus bárbaras y todo bárbaro. Aquí acaba también el terreno propiamente penino: una ruta estrictamente penina habría terminado por esta zona pero supongo que llegar hasta Escocia le daba más lustre, con el añadido de recorrer los montes Cheviot: dejando lo mejor para el final.

Greenhead aparece pequeñito en el mapa y, efectivamente, lo es, salvo la iglesia, sorprendentemente grande.

Greenhead

El camping que había Greenhead ya no existe pero uno de los granjeros locales tiene un pequeño albergue y cesped donde acampar. Sigo practicando el montaje del Trailstar; hoy, versión con puerta amplia:

Campamento en Greenhead

Mañana habrá que recorrer un tramo del muro de Adriano.

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