Sólo comentaré sobre unos pocos elementos que diferían sobre lo habitual. El resto, bien, como siempre.

Mountain Laurel Designs Littlestar

Littlestar

Antecedentes

La familia Trailstar de Mountain Laurel Designs ocupaba y ocupa un nicho que me parece interesantísimo: sistemas de acampada piramidales de geometría variable. Podéis encontrar un breve análisis al respecto como parte del ensayo sobre los sistemas de acampada piramidales.

Estos sistemas de acampada han tenido un cierto éxito, a su pequeña escala, entre una buena parte de la comunidad y cuentan con un sólido número de casos de éxito, después de unos cuantos años. El caso es que un Trailstar estándar me parecía demasiado grande para ser óptimo y, a estas alturas (del proceso de búsqueda del sistema perfecto), me desanimé lo suficiente como para ni siquiera intentarlo con él.

Todo cambió cuando Mountain Laurel Designs anunció el Littlestar que, como el nombre sugiere, es una versión de menos tamaño que el estándar: un 30% menos, concretamente. Entonces, lo vi claro: éste sí merecía una prueba.
Sobre el papel, era muy atractivo: configurable y, por tanto, adaptable a las condiciones que surjan; súper-simple y robusto (nada que romper); y muy sólido ante el viento. Más, incluso, que el Trailstar estándar, al ser más pequeño.

Visto desde atrás

Práctica

El Littlestar ha cumplido expectativas salvo por un aspecto: lo he encontrado ¡demasiado pequeño! Irónicamente, dado que, como digo arriba, fue su tamaño lo que me decidió a probarlo, pensando que sería el compromiso ideal entre protección, peso y volumen…

Para uso general, me ha resultado demasiado pequeño. Cuando las condiciones son difíciles (que es el baremo por el que hay que medir a tus instrumentos; cuando las condiciones son fáciles, todo funciona…) y es necesario “cerrar” el Littlestar lo más posible, me encontraba con dos pegas importantes:

  • Ausencia de una dimensión lo suficientemente larga: estando tumbado, la cabeza o los pies quedaban peligrosamente cerca de alguna pared.
  • El volumen interno quedaba reducido lo suficiente como para que si, además, había condensación en las paredes, la situación resultara muy incómoda.

Por lo demás, el Littlestar es, efectivamente, muy sólido. El montaje es sencillo y rápido aunque requiere un poco de práctica para comprender la geometría y las opciones: cómo queda mejor para según qué condiciones y dónde están los límites (de altura, inclinación de las paredes y de configuración de la puerta) que es mejor no rebasar.

Littlestar en los páramos

En el Pennine Way, la humedad era altísima, lloviera o no. Prácticamente cada día, la condensación en la pared interior era abundante. Nunca me llegó a «llover» encima pero el Littlestar se convertía en un refugio muy poco habitable. Recuerdo con muy poco gusto las ceremonias de contorsiones para operar en el interior sin tocar las paredes.

Probé con varios montajes; intenté colocarlo relativamente alto, tanto para favorecer la ventilación como para tener más espacio. Nunca fue suficiente para evitar la condensación y, además, dado lo ajustado de las dimensiones, no era un montaje viable si se esperaba lluvia y había posibilidad de viento; para ese tipo de condiciones, había que montarlo pegado al suelo. Entre la espada y la pared.

Montaje alto: aumenta el volumen vertical pero disminuye el área útil; y la puerta queda muy expuesta

Conclusión: como idea y como implementación de un sistema de acampada piramidal de geometría variable, me parece muy buena y con mucho potencial pero la dimensión más versátil será, probablemente, la del Trailstar estándar. Tendré que probar con uno.

Guantes de neopreno

En la larga búsqueda de un sistema satisfactorio para proteger las manos, los guantes de neopreno son la última iteración; hasta ahora, la que mejor resultado está dando.

El Pennine Way es un buen campo de prueba: en las montañas inglesas, las condiciones de hipotermia (0 a 10ºC, lluvia y viento) son de lo más habitual y, siquiera, lo que puede faltar es la autonomía obligada porque la civilización está siempre relativamente cerca.

Los guantes utilizados son marca Decathlon, de la sección de ciclismo. Son unos sencillos guantes de neopreno de 2 mm. de grosor. Son ajustados, cubren completamente la muñeca y cuentan con inserciones de goma en la palma para mejor agarre. Su peso es de 56 gr.

Guantes de neopreno de 2 mm

Su capacidad aislante es limitada y el tacto, no demasiado agradable. Esto hace que la sensación no sea de auténtico confort. En la parte positiva, muy positiva, pueden mojarse todo lo que haga falta y seguirán funcionando igual, independientemente del grado de exposición al que se someta a las manos.

El resultado neto es que las manos se mantienen funcionales sin importar cuánto llueva, cuánto viento haga o cuánto dure la situación, que es justamente lo que buscaba. Es un mínimo innegociable que hasta ahora no había conseguido alcanzar.

En acción

Su mayor inconveniente es la dificultad para quitar y poner; si hay humedad de por medio, peor aún. Son muy ajustados, similarmente a un guante de los de fregar en la cocina de casa.

A nivel de confort, desde luego, es necesario recordar que lo máximo que estos guantes van a proporcionar está más bien en el lado “frío” de la idea de confort. Aceptado esto, creo que tienen mucho potencial para ser utilizados como único guante en una aplicación de 3 estaciones y, por tanto, en la larga distancia. Seguiré usándolos.