El saco sábana

Continuando con la analogía de la ropa de cama, el saco sábana cumple las mismas funciones que las sábanas que usamos en casa: proteger la capa aislante de la suciedad y proporcionar un poco de aislamiento adicional.

En casa, proteger la capa aislante (la manta o edredón) de la suciedad tiene una misión evidente y obvia: evitar lavados continuos. Lavar una manta (y secarla después) es una tarea dura y engorrosa mientras que lavar y secar una sábana es mucho más fácil.

Ahí fuera, la importancia de estos argumentos se multiplica. Lavar un saco de dormir es complicado y no del todo inocuo y, a lo largo de un viaje largo, podemos no tener siquiera la posibilidad de hacerlo.

Olvidémonos aquí de condicionantes urbanos como el aspecto o incluso el olor. Lo importante de un saco sucio (realmente sucio; no necesariamente suciedad visible) es que no va a aislar bien y eso sí que nos importa. Este es el criterio básico que nos puede aconsejar utilizar un saco sábana.

Adicionalmente, y al igual que en casa, el saco sábana nos va a proporcionar aislamiento adicional, aunque esto depende del material utilizado y es necesario apuntar que no conviene delegar el aislamiento, o parte de él, en el saco sábana, para eso está el saco principal.

Diseños y materiales

En cuanto al diseño, los hay, básicamente, rectangulares y momias. Lo suyo es usar uno del mismo diseño que el saco principal. En cuanto al material utilizado, hay más opciones: la mayoría van a ser una simple capa de tejido liso, literalmente como las sábanas de casa, pero los hay también de forro polar. Estos tienen la ventaja de que aíslan pero, claro, pesan y abultan. Los menciono porque existen y, casi, para desaconsejar absolutamente su uso. El forro polar es un mal aislante en relación aislamiento/peso.

Los sacos sábana típicos suelen ser de algodón, nylon, seda… el algodón cuenta con su típico y conocido inconveniente de pobre manejo de la humedad pero dado que es para dormir (transpiramos y trasegamos humedad pero no debiéramos estar sudando; si lo estamos, es señal de otro problema), puede servir. El algodón cuenta con la ventaja de que es muy barato Aún así, no se usa mucho porque pesa bastante.

El nylon es barato, ligero y se las lleva bien con la humedad, con lo que resulta muy adecuado. Se pueden conseguir prestaciones muy buenas con nylon de alta calidad (algún tipo de Pertex, por ejemplo) pero el precio sube mucho.

La seda es relativamente cara pero sus prestaciones para esta aplicación son excelentes: ligera, cálida y agradable al contacto con la piel y con buena transpirabilidad, además de fácil de lavar. Es, probablemente, el material más popular para los sacos sábana de alta gama. Un saco sábana de seda tipo momia puede pesar poco más de 100 gr.