La ruta a Cape Wrath no es para cualquiera. La realidad física del noroeste escocés es inhóspita, severa, muy exigente; tanto para el físico como para la mente y, honestamente, no sabría decir para cuál de las dos lo es más.
Categoría: Escocia
Viajes por Escocia
Inicio: Kearvaig
Fin: Durness
Distancia: 18 km
Caminar hasta Durness es un trámite, técnicamente. Media jornada, en total; a través de páramos inexpresivos, primero, y el espectacular estrecho de Durness, después. Un viaje en barca y un poco de asfalto para terminar. Tiempo perfectamente soleado para la despedida. Durness es un pueblito disperso en plena costa norte con una hermosa playa flanqueada por acantilados, análoga a las de Sandwood o Kearvaig y, lo que es más importante en mi situación, ¡un buen pub donde celebrar!
Inicio: Strathchailleag
Fin: Kearvaig
Distancia: 20 km
Para completar la experiencia turbera, me levanto con un viaje hasta el banco, armado de pala y carretilla para cortar unos dados, ponerlos a cubierto y reponer, así, y con creces, lo que quemamos anoche.
Inicio: Loch a Garbh-bhaid Beag
Fin: Strathchailleach
Distancia: 26 km
Pasar la noche ahí fuera tiene un efecto reparador. Encontrarse con una mañana tranquila y de tiempo acogedor invita a sentirse bien. Es una de las mejores sensaciones del viaje a pie. Te despiertas porque sí, porque ya es el momento. Compruebas que la terrible oscuridad no era tan terrible y que nada castastrófico ha sucedido; muy al contrario, todo sigue en su sitio, tal cual estaba ayer, y el nuevo día invita a caminar y seguir viaje.
Inicio: Kylesku
Fin: Loch a Gharbh-bhaid Beag
Distancia: 31 km
Después de otro día muy largo, otro más, el de ayer, me encuentro con que tengo tiempo para tomarme el resto del viaje con relativa calma. La jornada previa terminó de la mejor forma posible, no ya por el sitio o la cena sino porque, una vez en Kylesku, me relajé mucho, me sentí muy bien y he descansado estupendamente. Además de todo esto, el día amanece mucho más calmado de lo habitual y todo parece indicar que hasta la meteorología se quiere tomar un descanso.
Inicio: Benmore Forest
Fin: Kylesku
Distancia: 32 km
Ha estado lloviendo durante la noche. ¡Y eso que el pronóstico era bueno! Aún así, confío en que sea una lluvia tonta y que le suceda una mañana pacífica que me anime a caminar. Nada más lejos…
Inicio: Duag Bridge (The Schoolhouse)
Fin: Benmore Forest
Distancia: 23 km
Hoy está destinado a ser otro día tranquilo: el terreno será aún más fácil que ayer, si cabe, y el pronóstico del tiempo es algo mejor aunque es ya un pronóstico de hace dos días. Por el momento, la mañana es fría pero algo más luminosa que en la jornada de ayer, con algún claro entre las nubes. Sigue el viento, como si fuera parte del paisaje.
Inicio: Ullapool
Fin: Duag Bridge (The Schoolhouse)
Distancia: 27 km
Llegar a Ullapool en 7 días habría estado más allá de la mejor previsión, si hubiera tenido alguna. El esfuerzo ha sido grande y no me ha salido gratis pero los daños físicos son menores y, emocionalmente, me siento relajado y con cierta sensación de logro. Es decir, bien.
Inicio: Shenavall
Fin: Ullapool
Distancia: 20 km
Después de lo de ayer, y por primera vez en lo que va de viaje, me lo voy a tomar con calma. Necesito un descanso, tanto físico como mental. Ni aunque hiciera sol me estaría levantando a las 6 para salir a caminar a las 7 pero es que, además, el pronóstico para hoy es de más frío y lluvia… o así era ayer, ¡vaya ud. a saber cómo amanece! Espero cualquier cosa desde medio metro de nieve hasta cielo azul.
Inicio: Glen Coulin
Fin: Shenavall
Distancia: 33 km
Saco la cabeza de la tienda y cuesta creer el panorama. No es que esté gris -que lo está… no, es algo más: es el tipo de gris. Un muro de neblina que une cielo y tierra y no deja lugar a dudas: mal tiempo.
Inicio: Glen Ling
Fin: Glen Coulin
Distancia: 32 km
En la vida urbana, me gusta la lluvia, me gusta ese tiempo que la ortodoxia etiqueta como «malo». Me gusta, entre otras cosas, porque pone un poco de adversidad en nuestra acomodada vida donde parece que todo da igual, climatológicamente hablando.
El relato a continuación es la historia de un viaje pero, a diferencia del esquema ortodoxo de contar viajes, pretende contar la historia desde un punto de vista particular: el estado de ánimo, los factores que lo modelan, la influencia en los procesos de toma de decisiones y la retroalimentación constante entre todo ello.
Lugar | Noroeste de Escocia |
Época | Abril/Mayo |
Distancia | 356 km |
Duración | 14 días |
Ya soy un caminante veterano. Con la ilusión juvenil intacta y el saber estar de haber pasado ya por casi todo ahí fuera. Ahora, cuando decido viajar por el noroeste de Escocia, sé dónde me meto y, al mismo tiempo, tengo aplomo y confianza.
No siempre fue así: la primera vez que fui a caminar por la Escocia de verdad, no era consciente del charco en el que me metía; nunca mejor dicho lo del charco. Más tarde, años después, y ya en antecedentes, tardé demasiado poco en abandonar el camino de piedras e ir por el fácil, ¡si es que hay tal cosa en las tierras altas!
Inicio: Ratagan (Shiel Bridge)
Fin: Glen Ling
Distancia: 32 km
Llegar a Shiel Bridge es un hito que marca una tregua: la parte más difícil de la travesía de Knoydart queda atrás y el terreno que viene a continuación es más sencillo. La sensación más presente es la de alivio, por encima de la de logro. No ha ido mal y he conseguido mantener la compostura anímica pero el haber recurrido continuamente a los refugios me deja la duda de cómo me habría sentido de no haberlos habido. Es la peor parte del juego interior: no saber qué hubiera pasado de haber tomado la opción más real.
Inicio: Barrisdale
Fin: Ratagan (Shiel Bridge)
Distancia: 31 km
La noche es mi tregua. Lo sería también si estuviera acampado pero más, si cabe, dentro del edificio que me aísla de lo de fuera. Durante la noche, guardo a mis demonios en el baúl, consciente de que al día siguiente se me escaparán otra vez o, mejor dicho, les dejaré salir pero, por el momento, les ninguneo. No me pueden hacer nada.
Inicio: A’Chuil
Fin: Barrisdale
Distancia: 30 km
Ni siquiera los gruesos muros de piedra del bothy pueden ocultar que ahí fuera hace muy malo: se oye el ventarrón. Se hace de día sólo a medias, así de oscuro está el cielo. Miro a través de la ventana con resignación: como podía ser de esperar, además de la oscuridad y el viento, hay lluvia. El panorama ahí fuera es desolador y la única buena noticia es que el temporal viene de espaldas.
Inicio: Fort William
Fin: A’Chuil
Distancia: 35 km
«Entra ud. en zonas remotas. Ha de estar preparado» O algo así dice el cartel a la entrada de la pista de Gleann Fionnlighe. Sonaría más atractivo que intimidante si fuera alguna hora temprana de la mañana de un día soleado pero no tanto cuando ya es media tarde y el pronóstico del tiempo inminente es malo. Camino hacia esa explosiva combinación de monte a través, mal tiempo y prisa
La ruta a Cape Wrath es una idea implementada en un libro-guía, basada en el uso de senderos existentes, donde existan, para recorrer la región más occidental del norte escocés, de sur a norte, hasta que ya no quede más norte terrestre hacia el que ir. Hasta el cabo Wrath, el Finisterre de Escocia.
Podría ser una lista de denominaciones de origen de Scotch, pero no: es la mejor forma que se me ha ocurrido de nombrar la ruta que recorrí por Escocia en la primavera de 2008
El domingo es para volver a Edumburgo y a casa. El viaje en bus por Escocia no es ningún trámite: los paisajes merecen la pena hasta desde detrás de las ventanillas y, aún en el bus, sigo viajando con el mapa en la mano: estaré atento a valles que habré cruzado y recorrido desde extremos diferentes.
Lo de hoy será un cómodo paseo por las laderas oeste del Great Glen. «Cómodo» porque ya no hay incertidumbres: el camino es obvio, pasaré por un pueblo a media tarde, me sobra tiempo y me lo podré tomar con calma. Lo único que podía ponerme alguna dificultad (que, en estas circunstancias, tampoco significaría nada serio) sería el tiempo y ni eso… hoy, va a hacer bueno. Un «bueno» con nubes y fresco pero sin lluvia.
Ese nombre críptico (Meall Fuar-bla,bla,bla…) es una de las colinas que flanquean el Great Glen, esto es, el «gran valle», ese que contiene el rectilíneo, profundo y oscuro Loch Ness.
Ayer, las condiciones meteoro(i)lógicas fueron serias pero la ruta discurrió por cotas relativamente bajas y con referencias inequívocas. Hoy, hay que empezar por subirse a las alturas y eso, en Escocia, es cualquier cosa menos broma. Después, eso sí, es todo cuesta abajo hacia un plácido reencuentro con la habitualmente desolada civilización highlander y el ecuador de la ruta. Al menos, la parte complicada es al principio, cuando aún hay margen de error…
No es mal tiempo: es tiempo lluvioso; ¡no es lo mismo! Y es una de las características que hacen el viaje por Escocia tan evocador y, debo reconocer, intimidante. Hace falta ser de una pasta especial para disfrutar de esto; una pasta, al menos, impermeable y la mía, me temo, cala bastante. Aún así, es imposible no entusiasmarse ante la vista de los páramos neblinosos; pisarlos ya es otra cosa…
Resumen rápido del día: completar el suave ascenso del glen para desembocar en una parte conocida de las tierras altas y reencontrar antiguos compañeros de ruta (trails, bens and lochs). Disfrutar de las maravillas del viaje a pie escocés: tiempo luminoso e infranqueables (es un decir) fangales para llegar a una inusualmente extensa plantación de coníferas.
Subir a las tierras altas desde la costa, esas tierras altas cuya desnudez y presencia intimidante se debe más a la latitud y tortuoso clima que a la altitud propiamente dicha, con lo que la maniobra de ascenso es más una introducción a los paisajes extremos que una ascensión en el sentido clásico.
Escocia me produce sensaciones encontradas. El proceso resumido viene a ser algo así:
- tiempo antes: quiero ir. Tengo muchas ganas de ir.
- poco antes: tengo miedo. Pero aún quiero ir.
- horas antes: no quiero ir. Pero tengo que ir.
- una vez allí: quiero acabar el viaje. Quiero sentarme junto a la chimenea de algún hotel. Pero qué bonito es todo…
Día 1: Glasgow – Fort William – Glenfinnan
Para empezar el día, y la ruta, había que cruzar Loch Linnhe en este barquito tan majo:
La Vapor Trail de Granite Gear demostró ser más que suficiente para esta ruta. Aquí va a máxima carga y no está rebosante. Resultó muy cómoda, aunque su piel ha recibido ya algún que otro agujero, nada grave. Con 1 kg. y 25 gr. nada más, me parece una mochila excepcional. No será su último viaje. Aquí, la hice posar junto a Loch Eil. La foto no puede ser más horrenda, lo sé.
Fechas
18 al 27 de Marzo de 2005
Planteamiento
Fieles a nuestra filosofía, queríamos ser libres y acercarnos a la naturaleza. Queríamos compartir con ella esas horas mágicas que las paredes de un edificio nos roban y queríamos sentir sus ritmos, sin desconectar durante un montón de horas, viendo apagarse el día y viéndolo encenderse otra vez.
Lugar | Noroeste de Escocia |
Época | Marzo/Abril |
Distancia | 150 km |
Duración | 8 días |
Allá por 2005, esta ruta apenas existía. No existía en el terreno y no existía apenas en la red. Su único vínculo con la realidad era 100% vieja escuela: un libro-guía (en papel)