El torso es un caso complejo de resolver en lo que respecta al aislamiento térmico: es, en el más amplio sentido de la expresión, el corazón de nuestro cuerpo, donde -junto con la cabeza- mantener la temperatura estable es más importante y no se escatimará en energía para hacerlo. La gestión que hagamos del aislamiento térmico en esta zona es un factor clave.
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