Mi nuevo traje de fantasma

La idea del poncho-tarp siempre me ha parecido atractiva. No descubro nada: el poncho-tarp viene a ser el epítome por excelencia de la multifunción y vía casi obligada para dar el salto de lo ligero a lo ultraligero. Es difícil traspasar esa frontera no escrita que marcan las 5 libras (aproximadamente, 2.5 kg) de peso base (que, oficiosamente, se considera el límite superior de lo que se suele considerar ultraligero) sin combinar en una sola pieza el sistema de acampada y la ropa para la lluvia pero… no es tan inmediato. La teoría es simple y, desde el sofá, aplastante pero ¿y en campo?