Haciendo amigos en la Combe de Crousette

LugarAlpes occidentales
ÉpocaAgosto/Septiembre
Distancia852 km
Duración24 días

El GR 5 forma parte de uno de los principales itinerarios pedestres transeuropeos, el E2, que comienza en los Países Bajos y atraviesa Europa occidental de norte a sur hasta llegar al Mediterráneo. La denominación GR 5 sigue la nomenclatura francesa y es propia del tramo francés, que constituye buena parte de la longitud total y la totalidad de la que aquí nos ocupa: la travesía alpina.

No se trata de cruzar los Alpes sino de recorrerlos. El GR 5 no es el itinerario que habrían elegido los romanos para invadir Germania, no es un itinerario práctico, es recreativo. Pasa por los sitios más bonitos.

Entre 700 y 800 kms., según opciones, para viajar entre el lago Lemán y el mar Mediterráneo siguiendo el arco occidental de la cordillera, de norte a sur y sobre esa línea que en los mapas aparece llena de curvas de nivel muy juntitas.

La sección alpina del GR 5 no ha sido el más memorable de mis viajes pero ni siquiera en eso se ha salido del guión esperado. Era un capítulo que faltaba en la serie y un hueco que sentía que quería llenar; un pelín anticlimático pero no decepcionante.

Anticlimático porque ha supuesto un cierto paso atrás; la presencia constante de la civilización no me ha dejado lugar para las sensaciones evocadoras de ocasiones anteriores. Y, como se trata de sensaciones, quizá es también consecuencia de la historia pasada. Seguramente, el mismo sendero hubiera parecido distinto hace no tanto tiempo.

Pero no decepcionante: en parte, porque ya imaginaba lo que podía esperar; y, en buena parte, porque los Alpes son, probablemente, el conjunto de montañas más espectacular que haya visto nunca: por dimensiones, extensión, verticalidad o simple presencia masiva. Por momentos, intentaba olvidar que había carreteras allí abajo y me dejaba empapar por la visión de un mar de montañas infinito; y daba respeto.

Es significativo que, normalmente, cuando vuelvo de un viaje, hay una serie o, quizá, un montón de cosas que tengo ganas de contar. Esta vez, no. Quizá el tiempo y la práctica agotan la capacidad de sorpresa pero probablemente se trata más de que sobre estas montañas no espero aportar nada nuevo. Por otro lado, con toda la gente que transita por los Alpes, quizá no hay tanta que dedique un mes a recorrerlos… como experiencia, no está mal, pero, a diferencia de otros lugares, esto no nos va a llevar a ningún sitio al que no se pueda llegar en unas horas.

Los Alpes son el escenario de la historia del montañismo contemporáneo. En 2009, los Alpes iban a ser, por fin, mi escenario. Probablemente, no el más memorable de mis escritos para el, seguramente, no más memorable de mis viajes pero ahora ya me considero parte de una pequeña esquinita de esa historia. No esperéis grandes hazañas.