La Alta Sierra agotó mi cuerpo y llenó mi espíritu. Tras la feria de nieve, torrentes y grandes altitudes, afronto una especie de vuelta a la rutina que implica, entre otras cosas, retomar la soledad en el sendero tras unas cuantas semanas de intensa vida social. El norte de California es territorio desconocido para mí; ni siquiera he echado un vistazo a las guías. Espero expectante lo que el sendero me traiga.

Bajando hacia los bosques